EL PERSONAJE: El término kandake (también kentake o candace) se utilizaba para denominar a las reinas del reino africano de Kush (Nubia o Etiopía).
Figuran representadas en las paredes de los templos con muchas joyas, uñas largas y, en ocasiones, obesas. Eran consideradas como gobernantes de origen divino, con el mismo rango que Apedemak, el dios león. Un bajorrelieve del año 170 a C de la kentake Shanakdakheto, la muestra con armadura y lanza, un aspecto absolutamente guerrero.
A pesar de los relatos sobre las reinas guerreras de Heródoto, Estrabón o Diodoro, se les dio poco crédito hasta que, los nuevos avances a la hora de descifrar la escritura meroítica, han demostrado la existencia de numerosas reinas guerreras nubias, reinas regentes y reinas madres (kandakes) que gobernaban el reino de Meroe (Kush) en el subsahara africano en unas tierras que actualmente pertenecen a Sudán, Etiopía y parte de Egipto.
Las kandakes de Kush conocidas fueron: Pelekh (aprox 345-332 a C), Alakhebasken (aprox 295 a C), Shanakdakheto (177-155 a C), Amanikhabale (50-40 a C), Amanirenas (40-10 a C), Amanishajeto (aprox 19 a C- 1), Amanitore (1-20), Amantitere (22-41), Amanikhatashan (62-85), Maleqorobar (266-283), Lahideamani (306-314).
BIOGRAFÍA: No se conoce el año de nacimiento de Amanirenas, ni detalles sobre su infancia, ni de cómo se produjo su llegada al poder.
Su reinado transcurrió desde, aproximadamente el año 40 al 10 antes de Cristo. Sucedió al rey Teriteqas, que murió al principio de la Guerra de los kushitas contra los romanos. A su vez, el sucesor de Amanirenas fue Akinidad, quien probablemente era hijo de Teriteqas.
La fama de Amanirenas se debe al papel al frente de las tropas kushitas contra el Imperio Romano entre los años 27 y 22 a C.
Cayo Elio Galo, prefecto de Egipto entre 26 y 24 a C, recibió lo orden del emperador Augusto de organizar una expedición a Arabia Félix (actualmente Yemen), debido a la posición estratégica de estas tierras para el comercio con la India. Esta expedición resultaría un fracaso. Los kushitas aprovecharon esta debilidad de los romanos para atacar las ciudades de Syrene, Philae y Elefantina, consiguiendo un gran botín, numerosos prisioneros e incluso, estatuas del emperador Augusto, que se llevaron a Kush.
El nuevo prefecto de Egipto, Publio Petronio, que ocupó el cargo entre los años 24 y 21 a C se encargó de organizar el contraataque romano. Expulsó a los Kushitas de Syrene y arrasó Napata, la capital meroítica. Petronio estableció una guarnición militar en Qasr Ibrim (Premmis) señalando los límites del Imperio Romano. Esta guarnición fue atacada más adelante por Amanirenas. Entre los años 21 y 20 a C, se negoció un tratado de paz favorable a los kushitas ya que los romanos evacuaron Premmis y los kushitas quedaron exentos de pagar impuestos a Roma.
Fotos 1, 4 y 5: Cortesía pinterest, Fotos 2, 3 y 6: Dominio público (Wikimedia Commons)
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