EL PERSONAJE: María de Montpellier no tuvo una vida muy feliz. Ser de alta cuna no te garantiza la felicidad. Viuda de su primer marido y repudiada por el segundo, su tercer marido, Pedro II de Aragón se había arrepentido de haberse casado con ella porque pensaba que, si conseguía la nulidad de este matrimonio, podría casarse nada menos que con la hija del rey de Jerusalén. Por este motivo, Pedro II evitaba relaciones carnales con María, para que no quedase embarazada.
Pero María no estaba dispuesta a quedarse sin gestar un heredero, así que ideó un plan.
Se enteró de que, en un castillo cercano a Montpellier, el rey tenía una amante con la que solía dormir. Llamó al mayordomo de Pedro II y le dijo:
"Amigo mío, sed bienvenido, os he hecho venir porque sé que sois leal y un buen hombre en quien puedo confiar, os pido que me ayudéis en aquello que os diré. Vos sabéis que mi marido el rey, no quiere estar conmigo en la cámara, por lo que estoy muy disgustada. Este es el motivo por el que todavía no ha nacido un niño de él, que sería el heredero de Montpellier. Sé que el rey se entiende con una mujer que viene de vez en cuando al castillo y que vos sois el hombre de confianza. Yo os pido que, cuando le traigáis a la mujer, me llevéis a la cámara en lugar de ella, y yo me meteré en su cama. Lo hemos de hacer a oscuras, es decir, que no haya luz, diciéndole al rey que la mujer lo quiere así para no ser reconocida. Y yo, que tengo fe en Dios que, aquella noche, engendraremos a un niño que será un gran bien y un gran honor para todo el reino."
El mayordomo le contestó:
"Estoy dispuesto a hacer todo aquello que deseéis, sobre todo en asuntos que sean de vuestro honor y provecho. Estad segura que no diré nada a nadie sobre todo esto que me habéis dicho, aunque tengo miedo de la ira del rey."
La artimaña fue un éxito y, esa noche, María quedó embarazada. Su hijo sería el futuro rey Jaime I "El conquistador", rey de Aragón, rey de Mallorca, rey de Valencia, conde de Barcelona, conde de Urgel y señor de Montpellier.
BIOGRAFÍA: María nació en Montpellier hacia el año 1180, siendo hija de Guillermo VIII de Montpellier y Eudoxia Commena de Constantinopla.
Tras el nacimiento de María, su padre, el conde de Montpellier repudió a Eudoxia y la encerró en un monasterio.
El destino que tenía reservado para su hija fue casarla, mientras todavía era una niña, con el vizconde Barral de Marsella que, como era un hombre mayor, murió pronto, en 1197.
A continuación la volvió a casar, esta vez con Bernardo IV de Cominges que era viudo y separado en dos ocasiones. Tras tener dos hijas (Matilde y Petronila), María fue repudiada por Bernardo y fue obligada a marcharse sin ellas.
Para acabarlo de arreglar su padre Guillermo de Montpellier había decidido, antes de morir, que fuera un hermano de María, Guillermo IX de Tolosa, quien heredase el condado de Montellier, desdiciéndose del acuerdo anterior. Pero gracias a una revuelta popular, María subió al trono.
Con tan solo 24 años, el 15 de junio 1204, contrajo matrimonio por tercera vez con el rey Pedro II de Aragón quien pronto se arrepintió de haberse casado con ella porque no tenía sangre real. Solicitó a Roma la nulidad del matrimonio para casarse con la hija del rey de Jerusalén. La reina, preocupada por no poder dar a luz a un heredero trazó un plan para quedarse embarazada, consistente en hacerse pasar por otra, la amante, en la cama de su marido. Logró quedarse embarazada y dar a luz a su hijo Jaime he hizo testamento a favor de su hijo, dejándole las propiedades y los títulos. También ponía bajo tutela del Papa Inocencio III a su hijo en caso de que ella muriera. María de Montpellier murió en Roma el 18 de abril de 1213, mientras esperaba la justicia del Papa.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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