Se dice que Anacaona destacaba por su belleza y su inteligencia.
Los taínos procedían de la desembocadura del río Orinoco de manera que, navegando de isla en isla caribeña, llegaron a Cuba.
Los habitantes de La Española (actualmente República Dominicana y Haití) son los taínos clásicos, que dividían la isla en 5 cacicazgos: Marién, Maguá, Maguana, Higüey y Jaragua.
Los taínos eran politeístas y cultivaban mandioca, papa, maní, pimienta, piña, batata algodón y tabaco. Eran aficionados al baile (areíto) y al juego de pelota (batú).
Tras la llegada de los españoles en 1492, de una población estimada en La Española de 400.000 taínos, se pasó aproximadamente a 600 individuos en 1531. La codicia por la búsqueda de oro, la impunidad sin límites ante cualquier crimen de los conquistadores, la explotación a la que fueron sometidos los indígenas y las enfermedades traídas por los españoles, acabaron con los taínos en pocos años.
BIOGRAFÍA: Anacaona nació en Yaguana (actualmente Leogane, Haití) en 1474. Era hermana del jefe jaragua Bohechio.
Anacaona se casó con Coanabo, cacique del cacicazgo vecino de Maguana. A la muerte de su hermano, Anacaona heredó Jaragua convirtiéndose en su cacique.
La llegada de los conquistadores españoles produjo a Anacaona curiosidad y respeto por su avanzada tecnología. Pero la exigencia de tributos para España por parte de Colón consistentes en alimentos y algodón y, por otro lado, los abusos cometidos contra muchachas indígenas por parte de los españoles que habían quedado en el Fuerte Navidad, alarmaron seriamente a Anacaona.
Convenció a su marido Coanabo para que acabara con la amenaza del Fuerte Navidad. Colón, a su regreso el 28 de noviembre de 1493, encontró que todos los españoles habían sido asesinados y el fuerte destruido. Caonabo fue hecho prisionero y enviado a España, aunque el barco que lo llevaba naufragó.
Nicolás de Ovando, sabedor de que Anacaona estaba detrás del incidente del Fuerte Navidad, simuló una visita amistosa a la Cacique en Jaragua. Llegó a la zona con unos 300 españoles que ofrecieron hacer un desfile de agradecimiento.
En plena fiesta de bienvenida, la caballería fue rodeando a los habitantes del poblado y, la infantería, tomando los caminos. Entonces los españoles incendiaron la aldea, asesinando a la mayoría de sus habitantes. Aunque Anacaona logró huir con unos cuantos de sus súbditos, Ovando ordenó registrar la zona hasta que fue capturada. Fue condenada a muerte y ahorcada en 1504.
Fotos 1, 2, 4, 5 y 6: Dominio público (Wikimedia Commons), Foto nº 3: Cortesía adn, Foto nº 7: Cortesía elpais
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