Apasionada por las artes visuales, su atuendo se componía de vestidos absolutamente originales, con el pelo color bermellón, el cutis blanqueado con caliza, unos espectaculares ojos contorneados con khol, completado en ocasiones con serpientes vivas a modo de collares.
"Quiero ser una obra de arte viva"
¿Cuál debe ser la causa de tanta excentricidad? Existe una corriente de opinión que defiende que, durante la adolescencia, puesto que su hermana mayor era más guapa, ella tenía que ser más llamativa.
"La Marquesa no deseaba gustar, sino estimular. Conocía bien el mundo y lo despreciaba. Por esta razón regalaba a sus admiradores la imagen de lo que no había imaginado ser capaz: un ser inmune a las críticas y a las convenciones" (Quentin Crisp)
Luisa y su hermana mayor Francesca, perdieron a su madre en 1894 y, a su padre, dos años más tarde, convirtiéndose en ricas herederas.
De pequeña, ya le atraía el arte, sobre todo la escultura y la pintura.
Los parientes que se hicieron cargo de ella "arreglaron" una boda y, con 19 años, contrajo matrimonio con el marqués de Casati Stampa Di Soncino, dando a luz una hija al año siguiente (1901).
En esta época, la marquesa conoció a Gabrielle D'Annunzio, quedando absolutamente impresionada ya que él representaba su ideal de vida.
Su matrimonio con el marqués no funcionó y se fueron distanciando puesto que él sólo estaba interesado en la caza y los caballos de manera que, hasta su separación en 1914, cada uno vivió en una residencia diferente.
Luisa se instaló en el Palazzo Vernier Dei Leoni, en Venecia, que llenó de animales salvajes (monos, pavos reales, felinos, mirlos, etc).
El punto álgido de su fama lo alcanzó en 1913, cuando organizó en la Plaza San Marcos un baile de máscaras, que atrajo a los ricos aristócratas de su tiempo.
A partir de 1919 se instaló en la Villa de San Michele (Capri) rodeada de amigos y de artistas. Tanto derroche y mala administración le pasaron factura y, en 1930, lo que quedaba de su patrimonio fue subastado debido a que la marquesa Casati, totalmente arruinada, había adquirido deudas por valor de 25 millones de dólares.
Instalada en Londres, vivió el resto de su vida en relativa pobreza, manteniéndose gracias a las
ayudas de sus amigos y a la venta de multitud de objetos como las cartas de Gabrielle D'Annunzio. A pesar de todo no parecía ser infeliz.
"Un día, en Londres, mientras tomaba té con unos amigos, conocí a una extraña dama vestida de terciopelo negro de la cabeza a los pies, los labios pintados en rojo vivo y los ojos exageradamente maquillados de negro. Era la marquesa Luisa Casati. No era bella, sino magnífica y, aunque no era joven, daba la impresión de destilar una fuerza extraordinaria. Una mujer imposible de olvidar" (Cuentin Crisp)
"Un día, en Londres, mientras tomaba té con unos amigos, conocí a una extraña dama vestida de terciopelo negro de la cabeza a los pies, los labios pintados en rojo vivo y los ojos exageradamente maquillados de negro. Era la marquesa Luisa Casati. No era bella, sino magnífica y, aunque no era joven, daba la impresión de destilar una fuerza extraordinaria. Una mujer imposible de olvidar" (Cuentin Crisp)
La marquesa Casati murió el 1 de junio e 1957 en su residencia del 32 Beaufort Gardens, Knightsbridge, un exclusivo barrio del centro de Londres.
Fotos 1, 2, 4, 5 y 6: Dominio público (Wikimedia Commons), Foto nº 3: Cortesía embelezia
Fotos 1, 2, 4, 5 y 6: Dominio público (Wikimedia Commons), Foto nº 3: Cortesía embelezia
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