¿Para qué hacer tantas fotos para ni siquiera revelarlas?
Esta mujer tímida y con pocos amigos encontró esta manera para comunicarse con su entorno. Se trataba de fotografiar el momento preciso de situaciones cotidianas. Es muy posible que la propia pasión por lograr la próxima gran foto, le impidiera perder el tiempo en clasificar y estudiar lo que ya tenía.
Acompañada siempre de su cámara ROLLEIFLEX, hacía fotos de cualquier cosa que le llamara la atención. Esta cámara permite disparar disimuladamente desde la cintura.
El descubridor de Vivian fue un joven llamado John Maloof, que se dedicaba a buscar fotos de Chicago para un libro que estaba escribiendo. En una de esas populares subastas de trasteros a que son tan aficionados los americanos, compró por 370 dólares, en 2007, unas cajas que contenían 100.000 negativos, 2.700 rollos de película sin revelar, rollos de película y cassettes.
Pensando que era una periodista o fotógrafa famosa, buscó por internet sin encontrar nada sobre Vivian Maier. Dos años más tarde Maloof publicó unas 200 fotografías en un grupo de flickr, que crearon una gran sensación en la red.
Más sorprendido quedó Maloof cuando averiguó que Vivian había sido niñera profesional y cuidadora de ancianos: Lo que hoy se conoce como auxiliar de enfermería. Debió ser autodidacta y jamás expuso su obra ni obtuvo beneficio económico.
Las personas para quien había trabajado la describieron como una persona muy discreta e introvertida y con tendencia al coleccionismo de fotos, pero también de recortes, cartas, periódicos, etc. Por eso, finalmente se vio obligada a guardar sus cosas en un trastero de alquiler. Nunca se casó ni tuvo hijos y parecía que la soledad era su estado natural.
En una de las cintas de cassette, Vivian dejó grabada la siguiente reflexión:
"Tenemos que dejar sitio a los demás. Esto es una rueda. Te subes y llegas al final. Alguien más tiene tu misma oportunidad y ocupa tu lugar, hasta el final, una vez más, siempre igual. Nada nuevo bajo el sol"
BIOGRAFÍA: Vivian Dorothea Maier nació en el Bronx de Nueva York el 1 de febrero de 1926, siendo sus padres el austríaco Charles Maier y la francesa Maria Jaussaud, de origen judío.
Parte de su infancia la pasó en Francia y parte en Estados Unidos. Cuando, a principios de los años 30 el padre abandonó a la familia, se fue a vivir a Francia con su madre a casa de la escultora y fotógrafa Jeanne J. Bertrand.
No cabe duda de que Jeanne ejerció una gran influencia en la joven Vivian en cuanto a su interés por la fotografía. Aprendió con ella el conocimiento de la imagen y la técnica fotográfica con una sencilla KODAK BROWNIE.
Vivian Maier se trasladó a Nueva York, en 1950 y, en 1956, se estableció en Chicago. Alternaba su profesión de niñera y cuidadora de ancianos con coleccionar libros de arte, periódicos y fotografías que ella misma realizaba. Pudo comprarse, con sus ahorros una cámara ROLLEIFLEX. Debido a la enorme cantidad de fotos que realizaba, no tenía fondos suficientes para revelar todos los carretes.
Esta mujer, feminista y socialista según la gente para la que trabajó, gustaba de vestir de manera sencilla y, algunas veces, con chaqueta, zapatos y sombreros de hombre. Se conoce que, gracias a una pequeña herencia, Vivian realizó algunos viajes durante 6 meses en 1959 a Egipto, Bangkok, Tailandia, Taiwán, Vietnam, Francia, Italia e Indonesia, donde también realizó muchas fotos.
En Chicago se dedicó a cuidar a los tres hijos de la familia Gensburg durante 17 años, de manera que se convirtieron en su segunda familia. Los tres hijos a los que cuidó, alquilaron un pequeño apartamento para ella en Oak Park (Chicago) para que pasara sus últimos años.
Vivian Maier murió el 20 de abril de 2009, como consecuencia de las lesiones producidas por una caída al resbalar sobre el hielo cuatro meses antes. Tenía 83 años.
Fotos: Cortesía oficial website vivianmaier
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