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🗡👸📿 ANA DE MENDOZA | LA PRINCESA DE EBOLI | GRANDE DE ESPAÑA | ANTONIO PEREZ

EL PERSONAJE: Ana de Mendoza fue una noble, miembro de una de las más importantes familias castellanas de la España de los siglos XV y XVI (de "rancio abolengo" que dicen), poseedora de uno de los rostros más enigmáticos y seductores, con el parche sobre el ojo derecho, que no lograba más que realzar su belleza.

Fue el propio Felipe II quien escogió al noble de origen portugués, Ruy Gómez da Silva, príncipe de Éboli, para ser su secretario y pronto se convirtió en hombre de confianza del Rey. La muerte de Ruy Gómez en 1573 provocó que su joven viuda ingresara en el convento de las carmelitas de Pastrana (Castilla La Mancha), fundado por Santa Teresa.

 Lo que solía hacerse cuando se quería quitar a una mujer de en medio por "medios pacíficos". Ana no aceptó la rigidez y la austeridad de la clausura y acabó regresando a la corte de Madrid.
Posiblemente, para salir del aislamiento y la debilidad en que había quedado, desarrolló una amistad con Antonio Pérez, secretario de cámara y del Consejo de Estado de Felipe II. Esto se aprovechó para acusarla de "mujer fatal" y mezclarla en los sucesos del asesinato de Rafael Escobedo, secretario de Juan de Austria, hermano bastardo del Rey.
Fue acusada de colaborar en esta intriga junto a Antonio Pérez, que logró escapar a Francia. Felipe II ordenó el arresto domiciliario de la Princesa en el palacio renacentista de Pastrana, del que no salió hasta su muerte. Más bien parece que el monarca español utilizó la debilidad de una viuda perteneciente a la alta aristocracia castellana, para conseguir el absolutismo en España. De poco le sirvieron sus numerosos títulos cuando se puso su honra en entredicho. Es una fórmula que no falla. Primero desacreditas y el resto ya no importa. De eso sabe mucho también la prensa madrileña de la actualidad.
En este sentido, la princesa de Éboli manifestaba:
“Qué fácil ha sido siempre culpar a las mujeres, aprovechándose de su belleza. Además, ¿a quién podría importarle la verdad de una mujer?. Solo amé a mi esposo, jamás me acerqué a otro hombre, y eran locos los que osaron pensar otra cosa"

BIOGRAFÍA: Ana de Mendoza de la Cerda y de Silva y Álvarez de Toledo, nació en Cifuentes (Guadalajara, España), el 29 de junio de 1540. Poseía los títulos de II duquesa de Francavilla, II princesa de Mélito, II condesa de Aliano, II Marquesa de Algecilla, princesa de Éboli, duquesa de Estremera, duquesa de Pastrana y marquesa de Diano.
Era hija única de Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda y de su primera esposa María Catalina de Silva y Álvarez de Toledo. No se sabe exactamente el motivo por el que perdió el ojo derecho, es decir, si fue accidental o por causa de una enfermedad. Con sólo 14 años de edad y por recomendación del por entonces príncipe Felipe, contrajo matrimonio con Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli (ciudad del Reino de Nápoles) y hombre de confianza del príncipe.
Los primeros cinco años de matrimonio, sólo estuvieron juntos tres meses debido a obligaciones diplomáticas de Ruy en Inglaterra. Durante los 13 años que duró el matrimonio la princesa  dio a luz a seis hijos, de los 10 embarazos que tuvo: Ana, Rodrigo, Diego, Fernando, Ruy y Ana, 13 años menor que su otra hermana y que acompañó a su madre durante su encierro.
Ana de Mendoza tuvo problemas con Teresa de Jesús ya que consiguieron que se concedieran dos conventos de las Carmelitas Descalzas en Pastrana, y no dejó de inmiscuirse en los trabajos de construcción. Cuando murió Ruy Gómez en 1573, la princesa quiso ser monja, pero al no poder someterse a la vida austera ni a las reglas del convento, regresó a su palacio de Madrid. Allí desarrolló una gran amistad con Antonio Pérez, secretario de confianza de Felipe II, seguramente buscando la protección que toda mujer necesitaba en esa época.
Felipe II, celoso de los éxitos militares de su hermanastro Juan de Austria, aceptó la sugerencia de Antonio Pérez, de nombrar a su amigo Juan de Escobedo como secretario del mismo. Pero Escobedo resultó ser absolutamente fiel a Juan de Austria. La rebelión de Flandes dio oportunidad a Antonio Pérez para realizar un juego doble, vendiendo secretos a los protestantes y manipulando las cartas entre Juan de Austria y su hermanastro Felipe II. Cuando Escobedo descubrió los manejos de Antonio Pérez, éste decidió asesinarle, convenciendo al rey de la tóxica influencia que ejercía en su hermanastro. Alarmó al rey convenciéndolo de que Juan de Austria quería contraer matrimonio con María Estuardo e invadir Inglaterra. Escobedo fue asesinado por unos sicarios el 31 de marzo de 1578, cerca de la casa de Ana de Mendoza.
Tras la muerte de Juan de Austria el 1 de octubre de 1578, Felipe II empezó a averiguar los verdaderos manejos de Antonio Pérez. El 28 de julio de 1579, el Rey hizo arrestar a su secretario y, al día siguiente a Ana de Mendoza, acusada de que por fuerza debía conocer los manejos de Antonio Pérez, dada su amistad. Ana fue desterrada por Felipe II a la torre de Pinto en condiciones bastante duras. Su condición de "Grande de España" sirvió para que fuera trasladada a Santorcaz en febrero de 1580 y, por último, al palacio de Pastrana, propiedad de la princesa, hasta su muerte, en arresto domiciliario. El Rey, además despojó a Ana de la custodia de sus hijos y de la posibilidad de administrar sus bienes. La princesa de Éboli contaba con el servicio de tres criadas y su hija menor Ana de Silva. Ana de Mendoza murió el 2 de febrero de 1592.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)

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