A los sicarios que la mataron y a los inductores que los enviaron no les importó en absoluto que la ecologista hondureña hubiera recibido pocos meses antes el GOLDMAN ENVIRONMENTAL PRIZE, conocido como el "Nobel Verde".
Entre 2010 y 2013 el Gobierno Hondureño aprobó la construcción del PROYECTO HIDROELECTRICO AGUAS ZARCA, situado en la zona noroccidental de Honduras, entre los departamentos de Santa Bárbara e Intibucá, cerca de la Reserva de Vida Silvestre Montaña Verde. El objetivo era generar 21,3 megavatios a costa del río Gualcarque mediante la construcción de 17 represas.
El Banco Interamericano de Integración Económica (BCIE) financió el proyecto, concediendo un préstamo de 24,4 millones de dólares a la empresa DESARROLLOS ENERGÉTICOS S.A. (DESA) controlada por la poderosa familia Atala. DESA, a su vez, subcontrató a la empresa china SINOHYDRO para la construcción de la represa y a la alemana VOITH HYDRO HOLDING GmBH & Co. KG, la construcción de las turbinas.
El problema es que el río Gualcarque representa el espacio en el que viven los espíritus de las niñas indígenas y es un legado del cacique Lempira, héroe nacional de Honduras quien, en 1537 protagonizó el Levantamiento de Cerquín para frenar la penetración de los conquistadores españoles.
Berta Cáceres organizó la resistencia de las comunidades indígenas al proyecto y logró que la constructora SINOHYDRO, que había entrado en las tierras de los lenca sin previa autorización, abandonara el proyecto. Berta había argumentado:
"Hubiese significado desplazamientos y hubiera impedido a la comunidad desarrollar sus actividades agrícolas. No sólo se privatizaba el río sino varios kilómetros a la redonda"
El 2 de marzo de 2016, a las 23:40 horas, dos sicarios dispararon tres veces contra Berta Cáceres, alcanzándola en la zona del abdomen. Inmediatamente estalló la indignación a escala mundial. Resultado, nadie ha pagado por el crimen.
Ella, sabía perfectamente el peligro que corría:
"Aquí es muy fácil que a uno lo maten. El coste que pagamos es muy alto. Pero lo más importante es que tenemos una fuerza que viene de nuestros ancestros, herencia de miles de años, de la que estamos orgullosos. Ese es nuestro alimento y nuestra convicción a la hora de luchar...no es fácil ser mujer dirigiendo procesos de resistencias indígenas. En una sociedad increíblemente patriarcal las mujeres estamos muy expuestas, tenemos que enfrentar circunstancias de mucho riesgo, campañas machistas y misóginas. Esto es una de las cosas que más puede pesar para abandonar la lucha, no tanto transnacional sino la agresión machista por todos lados"
BIOGRAFÍA: Berta Isabel Cáceres Flores nació en La Esperanza (Departamento de Intibucá, Honduras), el 4 de marzo de 1972. Su madre fue Berta Flores, enfermera y partera que llegó a alcaldesa y su hermana, Agustina Flores, otra activista del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), como su hermana Berta. Esta organización fue fundada en 1993 para luchar en defensa del medio ambiente, la protección de la cultura lenca y mejorar las condiciones de vida de los pobladores de la región.
Berta supo difundir su activismo haciendo mediática su actividad. De esta manera, supo hacer públicas sus luchas contra la privatización de los ríos, los proyectos mineros, la voracidad de los madereros y el respeto por el río sagrado del pueblo lenca ya que, según la tradición, los espíritus femeninos habitan en el río Gualcarque, siendo las mujeres sus principales guardianas.
También organizó protestas en 2009 contra el golpe de Estado hondureño contra Manuel Zelaya. Denunciaba, además, la expropiación de tierras, la casi ausencia de sistema sanitario o la creación de bases militares estadounidenses en Honduras. Tras el golpe de Estado se iniciaron en Honduras muchos megaproyectos que significaban graves daños para el medio ambiente y el desplazamiento obligatorio de comunidades indígenas.
La represión y el acoso fue en aumento y, desde entonces aumentaron los asesinatos de activistas, siempre criminalizados por los medios de comunicación hondureños. Berta Cáceres supo internacionalizar el conflicto llevando el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía Internacional. A finales de 2013, SINOHYDRO y la CFI se retiraron del proyecto.
Berta llevaba años siendo perseguida por el Estado hondureño por medio de la Policía Nacional, por el Consejo Europeo de la Empresa Privada e incluso por la Iglesia hondureña, que había prohibido a sus feligreses implicarse en COPINH. El 2 de marzo de 2016, dos sicarios bajaron de un VOLKSWAGEN de color gris y entraron en la casa con la intención de eliminar a Berta. En la casa se encontraba también Gustavo Castro, dirigente de la organización OTROS MUNDOS CHIAPAS, que estaba de visita. Los asesinos dispararon a ambos, muriendo Berta e hiriendo levemente a Castro, que se salvó porque se hizo el muerto.
Fotos: Cortesía oficial site Berta Cáceres
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