EL PERSONAJE: La rueda de la fortuna había dado una de sus extraordinarias vueltas ya que, Josefina de Beauharnais, una mujer que pocos años antes se encontraba en la Prisión de Carmes, donde estuvo a punto de morir en la guillotina, se encontraba aquel 2 de diciembre de 1804 a punto de contraer matrimonio con el hombre más poderoso del Mundo en aquel momento: Napoleón Bonaparte.
En Notre Dame, Josefina deslumbraba a todos los invitados, luciendo un vestido de satén blanco decorado con abejas de oro bordadas y diamantes, y adornaba su elaborado peinado con una diadema de amatistas. Un manto imperial de color rojo y oro enmarcaba a la novia. Napoleón, descendiendo las escaleras del altar, la coronaba con sus propias manos. A continuación, el Papa Pío VII bendecía a la pareja y Josefina se convertía en emperatriz. En ese momento tenía 41 años, algo que no ayudaría a cumplir con su obligación de darle un heredero al Emperador.
Josefina fue la primera esposa de Napoleón Bonaparte y emperatriz de
los franceses entre el 18 de mayo de 1804 y el 16 de diciembre de 1809.
En total cinco años y siete meses. Oficialmente había sido repudiada por
no poder haberle dado un heredero al Emperador. Otra vuelta de la rueda de la fortuna.
El 16 de diciembre de 1809 fue un día terrible para Josefina quien, en el salón del trono de las Tullerías, ante la familia imperial al completo, comenzó a leer las palabras del texto de repudio que dirigió al Emperador:
"...al no conservar esperanza alguna de tener hijos que puedan satisfacer las necesidades de su política y el interés de Francia, me complazco en darle la mayor prueba de cariño y devoción que nunca se haya dado en este mundo...Creo agradecer todos sus sentimientos al consentir en la disolución de un matrimonio que ahora es un obstáculo para el bien de Francia"
Napoleón y Josefina, no obstante no dejaron nunca de escribirse cartas. La última de ellas fue de Napoleón, con fecha 16 de abril de 1814 cuando, poco antes de la muerte de Josefina, se despedía:
"Adiós, mi querida Josefina, resignaos como yo , y no dejéis nunca de recordar al que jamás os olvidó y jamás os olvidará"
BIOGRAFÍA: Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie nació en Les Trois-Îlets (Martinica, Francia), el 23 de junio de 1763. Su padre, Joseph Tascher poseía una propiedad de 500 hectáreas dedicada al cultivo de la caña de azúcar. Al crecer lejos de París, carecía de los refinamientos propios de una muchacha de la aristocracia. Acudió a una escuela de monjas de Fort-Royal llamada Dames de la Providence.
Su gusto por la caña de azúcar sería la causa de que, en el futuro, perdiera la salud de los dientes y se mantuviera con la boca cerrada tanto como podía para no mostrarlos. Josefina partió con su padre hacia Francia en agosto de 1779, aunque no era la hermana inicialmente seleccionada, para contraer matrimonio con Alejandro, vizconde de Beauharnais, de 17 años. La boda se celebró en París el 13 de diciembre de 1779.
Josefina recibió una adecuada educación a su nivel social y, el 3 de septiembre de 1781 dio a luz su primer hijo, Eugène Rose. Alejandro se encontraba siempre de viaje y la relación se hacía la mayor parte del tiempo por carta. En octubre del mismo año Josefina se enteró de que Alejandro había tenido una relación amorosa con su prima, Laure de Girardin con quien había tenido un hijo. A pesar de todo, le acabó perdonando. Mientras Alejandro se encontraba en Martinica, Josefina, que se había quedado en París, dio a luz prematuramente a su segundo hijo el 10 de abril de 1783, Hortense Eugénie Cécile.
Alejandro, a su regreso de Martinica en septiembre de 1783, y convencido de que Josefina había tenido una hija ilegítima, la envió junto con sus dos hijos a vivir a una abadía donde, otras mujeres de la aristocracia en situación similar a la suya, le enseñaron los secretos de la sociedad parisina. El matrimonio duró hasta 1785 y Josefina se fue a Martinica en 1787. En noviembre de 1790 regresó a Francia sin dinero y si equipaje, por culpa de diversas convulsiones en la isla contra la esclavitud.
La Francia que se encontró tras la Revolución Francesa no tenía nada que ver con la que existía tres años antes. Josefina se instaló en casa de una tía en Fontainebleau. El 19 de abril de 1794, el Comité de Salvación Pública ordenó el arresto de Josefina acusada de tener vínculos con círculos contrarrevolucionarios.
En la prisión de Carmes, junto a otros 600 prisioneros y en unas condiciones pésimas, se encontró con Alejandro, quien finalmente murió en la guillotina. Fue liberada el 27 de julio de 1794, logrando reunirse con sus hijos en casa de su cuñada Fanny.
Alrededor de septiembre de 1795, Josefina conoció a Napoleón Bonaparte en casa de su amiga Madame Tallien. Josefina era seis años mayor que el joven general, aunque eso no fue ningún problema para que comenzara a cortejarla. Se comprometieron y se casaron por lo civil el 9 de marzo de 1796. Josefina no estaba enamorada y aprovechó las campañas militares de Napoleón, para tener amantes. Por otro lado, a pesar de estar profundamente enamorado, él tampoco le fue fiel, algo que provocaba frecuentes discusiones. Josefina no podía tener hijos, seguramente debido a las penalidades que había pasado en prisión, que habían adelantado la menopausia.
A pesar de todo se casaron por la Iglesia en una ceremonia privada que tuvo lugar en la Capilla Real, el día antes de la Coronación. Josefina fue proclamada emperatriz por Napoleón en la Catedral de Notre Dame el 2 de diciembre de 1804. Los gastos de Josefina se estimaban en un millón de francos anuales ya que era lo que hoy se consideraría una compradora compulsiva: vestidos, flores exóticas, pinturas, esculturas e incluso momias.
Cuando en 1806, Napoleón tuvo un hijo ilegítimo, llegó a la conclusión de que Josefina era la que no podía tener hijos. Necesitando desesperadamente un heredero, se divorció de Josefina el 10 de enero de 1810. El año siguiente se casó con la Archiduquesa María Luisa de Austria, teniendo un hijo ese mismo año.
Josefina se instaló en el Castillo de Malmaison, donde se dedicó a la jardinería, sobre todo a las rosas y a gastar más de la renta que le fue concedida tras el divorcio. Mantuvo contacto por carta con Napoleón, hasta su muerte. Josefina murió en Rueil-Malmaison (París, Francia) el 29 de mayo de 1814 por las complicaciones que tuvo por causa de un resfriado.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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