Durante la Guerra Civil, la República la utilizó como piloto debido a la carencia de hombres entrenados.
Una vez perdida la guerra, y en el exilio, abandonó totalmente el contacto con la aviación. Las derrotas siempre traen consecuencias, aunque ella todavía pudo consolarse con sus dos hijos y sus ocho nietos.

Pepa fue capaz de obtener la licencia de piloto el 19 de enero de 1931, siendo la primera española en conseguirlo, y con solo 18 años. Impresionada con la vida de mujeres como Amelia Earhart participó en varios concursos amateurs. En octubre de 1932, en el aeródromo de la Aeronaval, aterrizó en Zeppelin. Entre las asistentes se encontraba Dolors Vives, que sería otra de las pioneras de la aviación española.
Al estallar la Guerra Civil Española realizó su primer vuelo militar el 2 de agosto de 1936 en avioneta, lanzando folletos de propaganda antifascista sobre Barcelona.
El 4 de octubre de 1936 según orden del Boletín Oficial de la Generalitat quedó movilizada como piloto, pero sin graduación militar. Junto a Dolors Vives, fueron nombradas profesoras de la recién creada ESCUELA DE PILOTOS MILITARES DE BARCELONA, para intentar paliar la total insuficiencia de pilotos.
Los pocos leales que quedaban habían sido enviados al frente de Aragón. Pepa Colomer debía enseñar las primeras nociones de vuelo, en anticuadas avionetas, a muchachos que si aprobaban, pasaban a la ESCUELA MILITAR DE SAN JAVIER o a la Unión Soviética para ser debidamente formados.
Por necesidades de personal también realizó patrullas de vigilancia costera en busca de barcos y aviones enemigos, y otros vuelos en misiones de retaguardia (enlace y pagaduría).
Al termino de la Guerra Civil (1939), se exilió en Gran Bretaña, estableciéndose en Surrey y abandonando para siempre su carrera en la aviación.
En los últimos años de su vida fue objeto de homenajes de instituciones como la GENERALITAT DE CATALUNYA (marzo de 2003). Murió al año siguiente en Surrey, con 91 años de edad, como consecuencia de un paro cardiaco.
Fotos nº 1 y 3: Cortesía adar, Foto nº 2, 5 y 6: Cortesía lavanguardia
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