Tuvo una infancia privilegiada, como todos los hijos de la élite de la Unión Soviética, pero tuvo que enfrentarse al suicidio de su madre, cuando tenía seis años.
Todo el cariño que volcó sobre ella Stalin cuando era niña se convirtió en un control infernal al llegar a la adolescencia, hasta el punto de arrancarle a su novio y enviarlo a un Gulag. Tras la muerte del dictador, fue marginada por su sucesor, Kruschev.
Estuvo casada tres veces y tres veces se divorció, quedando dos hijos de estos matrimonios. Logró viajar a la India y de allí a Estados Unidos, donde ganó mucho dinero escribiendo libros y llegó a ser profesora en Princeton. No cabe duda que tuvo una vida muy intensa.
"Cuando mi madre nos dejó, él se quedó completamente solo. Y creo que lo que vino después, a finales de los años 30 y después de la Guerra en los 40, fue el resultado de su completa soledad en la cima del mundo. Nadie podría discutir con él nunca más"
BIOGRAFÍA: Svetlana Alilúyeva nació en Moscú (Unión Soviética), el 28 de febrero de 1926. Su padre fue Iósif Stalin y, su madre Nadezhda Alilúyeva, que se había casado con el líder soviético en 1919, a la edad de 41 años.
Nadezhda le dio dos hijos: Vasili, nacido en 1921 y Svetlana. Murió el 9 de noviembre de 1932 de un disparo en su habitación en circunstancias nada claras y Stalin ordenó que los médicos firmaran que la causa había sido una apendicitis aguda.
La infancia de Svetlana no fue demasiado feliz ya que su padre no le podía hacer todo el caso que necesitaba y, el suicidio de su madre, ella lo interpretó como una traición y un abandono. A los 16 años, se acabó de estropear la relación con su padre cuando Svetlana se enamoró de Alekséi Kápler, un guionista de cine de origen judío que fue inmediatamente exiliado a Vorkutá (Komi), una ciudad minera situada a 50 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Al año siguiente, se enamoró de Grigori Morózov, también de origen judío y se casó con él a pesar de la oposición de su padre. En 1945 tuvo un hijo al que llamaron Iósif y, en 1948 se divorció de Grigori.
Se casó entonces con Yuri Zhdánov, con quien tuvo una hija en 1950, Yekaterina, aunque el matrimonio también acabó en divorcio. Tras la muerte de Stalin en 1953, Svetlana cambió su apellido por el de su madre y se dedicó a trabajar como maestra y traductora en Moscú adoptando, en 1962, la fe ortodoxa.
Mantuvo una relación entre 1963 y 1966 con un comunista hindú, Brajesh Singh. No se le permitió contraer matrimonio con él pero, tras su muerte en 1966, las autoridades soviéticas permitieron a Svetlana ir a la India a llevar sus cenizas al Ganges. Tras pasar dos meses con la familia de Singh, decidió que no podía volver a Rusia. El 6 de marzo de 1967 pidió asilo en la embajada estadounidense en Nueva Delhi. Svetlana llegó a Estados Unidos vía Suiza, para evitar un incidente internacional.
Los estadounidenses vieron una gran oportunidad propagandística al utilizar el hecho de que la hija de Stalin prefiriera vivir en Estados Unidos. El precio que pagó Svetlana fue sufrir una campaña propagandística en su contra, y perder el contacto con sus dos hijos. Sus memorias, "Veinte Cartas a un Amigo" indignaron a las autoridades soviéticas aunque produjeron mucho dinero. También daba clases en la Universidad de Princeton.
Todo volvió a cambiar en 1970 cuando Svetlana fue invitada a Arizona, por Olgivanna, viuda de Frank Lloyd Wright, el famoso arquitecto estadounidense. Svetlana fue manipulada como si de una secta se tratase y convencida para contraer matrimonio con William Peters, viudo de otra Svetlana. Tuvieron una hija llamada Olga y se divorciaron en 1973.
Tras vivir en diversos lugares: Inglaterra, Estados Unidos Unión Soviética, los últimos años de su vida los pasó en una residencia para la 3ª edad, en el condado de Richard (Wisconsin), donde murió el 22 de noviembre de 2011.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons)
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