
Irene procedía de una influyente familia ateniense. Además, poseía una gran belleza y el emperador Constantino consideró que era la mejor candidata para casarse con su hijo León. En 771 dio a luz un hijo varón, Constantino. Muerto León IV en 780, diez años más tarde, Constantino apartó del poder a su madre a la que encerró en palacio, y gobernó como Constantino VI.
Cometió el error de permitirle el regreso a la corte dos años más tarde, en 792 y la confirmó como coemperatriz. Irene no olvidó la traición y se dedicó a fortalecer su poder hasta que mandó detener a su hijo y, el 19 de agosto de 797, ordenó la enucleación de sus ojos. Lo mandó hacer en la Cámara Pórfida, la que se utilizaba para que parieran las bassilissas. Se trataba de una habitación de paredes rojas, revestida de seda y decorada con piedras preciosas.
La simbología quería destacar el poder absoluto de la emperatriz-madre, quien podía otorgar la vida y también podía arrebatarla. El resultado sería, poder absoluto para ella a corto plazo, pero creó una debilidad que acabó con su poder. Al acabar con su heredero natural provocó grandes luchas por el poder y un golpe de estado que, finalmente, la echó del trono que tanto adoraba. La Iglesia Ortodoxa la considera santa ¿por qué? ellos sabrán.
BIOGRAFÍA: Irene nació en Atenas alrededor del año 752. A pesar de ser huérfana, pertenecía a la poderosa familia Sarantapechos, Su tío Constantine era patricio griego y posiblemente general (estratego).
El emperador Constantino V la eligió como esposa para su hijo León, boda que se celebró el 17 de diciembre de 768.
El 14 de febrero de 771, Irene dio a luz al futuro Constantino VI.
Cuando el emperador Constantino VI murió en septiembre de 775, León IV fue coronado emperador e Irene, emperatriz consorte.
León IV era iconoclasta (rechazaba el culto religioso a las imágenes), aunque su política contra los iconófilos no se endureció hasta que el emperador descubrió dos iconos bajo la almohada de Irene. Mandó torturar a los cortesanos que habían proporcionado los iconos a su esposa y, desde entonces, se negó a mantener relaciones sexuales con ella. León IV murió el 8 de septiembre de 780 parece ser que por unos forúnculos provocados por el metal de la corona que le gustaba llevar. Otras fuentes aseguran que fue envenenado. El caso es que Irene se convirtió en regente de su hijo Constantino VI, que tenía 9 años.
En octubre de ese mismo año, un grupo de partidarios de César Nikephoros, hermanastro del difunto Leo IV, protagonizaron la primera conspiración contra Irene. Ella ordenó a Nikephoros y al resto de hermanastros como sacerdotes, de manera que quedaban descalificados para gobernar y les obligó a dar la comunión en Santa Sofía en Navidad.
Conociendo su situación de debilidad, Irene intentó un acercamiento con la dinastía carolingia y con el papado. Intentó casar a su hijo Constantino con una hija de Carlomagno, Rotrude, pero, ella misma rompería el compromiso en 787.
En 782, la bassilissa derrotó la rebelión siciliana liderada por Elpidius. Harun al-Rashid invadió Anatolia en el verano de 782. Irene se vio obligada a pagar un enorme tributo de 90.000 dinares anuales, 10.000 prendas de seda y provisiones al Califato Abasí. Irene restauró la veneración de los iconos y, en el Concilio de Nicea, en 787 oficializó la veneración de iconos y unió la iglesia de Oriente con la de Roma. En 790, Constantino, apoyado por el ejército de los armenios se proclamó como único gobernante.
Constantino VI apartó a su madre del poder pero mantuvieron aparentemente buenas relaciones. Tras prepararse adecuadamente, Irene organizó su propia conspiración en 797 y, una vez detenido Constantino, ordenó que le sacaran los ojos, lo que provocó su muerte a los pocos días. En 802, los patricios organizaron una conspiración que logró triunfar contra Irene. Nikephoros, el ministro de finanzas, subió al poder. Irene fue exiliada a la isla de Lesbos, donde murió el 9 de agosto de 803.
Fotos: Dominio público (Wikimedia Commons).
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